Me
colgaré bien alto de tu recuerdo si recibir un tiro con tu peor
mirada de plata helada no me mata, me voy a echar al mar del desamor
que nos divide, de madrugada y sin saber nadar, no porque desee
morir, sino porque sólo besando es como se aprende a besar, y cuando
me vuelva un orín de otros mares tal vez entonces me quieras en tu
balneario personal, cuando no deje mi pelo en tu almohada, cuando
festeje despedidas de soltero cada semana, quizás luego de eso me
empieces a extrañar. Algunos dicen que a cada hombre le falta una
costilla y no difiero, pero yo agregaría que en algunos casos es
todo el costillar, pondré un ejemplo adecuado para ti que te gusta
la cocina: el mismo chile en idéntica tortilla cada día no es
suficiente comida cuando el menú es tan vasto y variado como en la
gastronomía mexicana, hay hasta quienes se las ingenian para no
repetir un solo día durante años. A mí sin duda me gustaría ser
diestro en el arte de la caza furtiva para abastecerme bien de mis
alimentos y no estar muriendo de hambre cuando no te tengo.
Chaparritas tatemadas, negras, blancas, güeras, borrosas y
transparentes, si por mí fuera, con todas mis compatriotas haría
una buena botana mientras tú vienes, pero mucho me temo y me arde en
el alma aceptarlo, que no soy más que otro pendejo digno de mención
en algún bestiario de idiotas, aunque uno que está ya aprendiendo a
picar entre comidas diversas y sabrosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario